domingo, 28 de octubre de 2012

Figuras Retoricas



FIGURAS RETORICAS

Las figuras retóricas o figuras literarias recogen todos aquellos procedimientos lingüísticos que han sido y son utilizados para causar extrañeza, conmover al auditorio o provocar en él la reacción esperada por el emisor del mensaje. La estilística estudia estas figuras, y el estilo literario de las distintas épocas nos informa de cuáles han sido los procedimientos preferidos por cada escuela de conformidad con su particular gusto estético.


A continuación exponemos las distintas figuras retóricas existentes en la literatura española, muy utilizadas por los poetas, y que es imprescindible conocer para mayor entendimiento del lenguaje poético y literario.
Alegoría:    Se le denomina a la correspondencia prolongada de símbolos o metáforas.
Aliteración:    La repetición de uno o varios fonemas en distintas palabras, con una frecuencia perceptible.
Anadiplosis:    Se repite la última parte de un grupo sintáctico o de un verso al principio del siguiente.
Anáfora:    Una serie de frases o fragmentos de frases que comienzan de la misma forma.
Antítesis:    También llamado contraste, consistente en oponer dos ideas o términos contrarios.
Apóstrofe:    Dirigir apasionadamente la palabra a seres animados o inanimados, fuera de la estructura de la oración.
Asíndeton:    Supresión de conjunciones que servirían usualmente de enlace.
Conversión:    Consiste en repetir una misma palabra varias veces al final de cada oración, verso o estrofa.
Elipse:    Omisión de palabras habitualmente consideradas necesarias.
Encabalgamiento:    Cuando la unidad sintáctica de un verso se prolonga en el siguiente.
Epanadiplosis:    Una frase o un verso empiezan y terminan del mismo modo.
Epíteto:    Adjetivación ornamental no especificativa.
Eufemismo:    Forma de expresión amable para ocultar o disimular algo desagradable o tabú.
Hipérbaton:    Inversión o modificación acentuada del orden sintáctico habitual.
Hipérbole:    Exageración desmesurada.
Interrogación retórica:    Enunciar una pregunta, no para recibir respuesta, sino para dar más fuerza al pensamiento.
Ironía:    Sugerir o afirmar algo lo contrario de lo que se piensa o siente.
Juego de palabras:    Utilizar un mismo significante con dos significados distintos.
Metáfora:    En general, identificación de un término real con una imagen; el término real puede aparecer expresado o no.
Metonimia:    Existen distintos tipos: Designar el todo con el nombre de una parte; designar una parte con el nombre del todo; designar una parte de un todo con el nombre de otra parte de otro todo. A los dos primeros casos se le denominan sinécdoque.
Paradoja:    Reunión de pensamientos aparentemente irreconciliables, pero de sentido coherente.
Paralelismo:    La anáfora se denomina paralelismo cuando la repetición es casi total, con una leve variación final.
Paranomasia:    O paranomasia. Situar cercana dos voces de parecido significante, pero de distinto significado.
Perífrasis:    También llamado circunloquio, consistente en un rodeo que elude, mediante una marcada amplificación, la expresión directa.
Pleonasmo:    Palabras innecesarias que refuerzan la idea.
Polisíndeton:   Multiplicación de conjunciones innecesarias.
Prosopopeya:    Se trata de atribuir cualidades no correspondidas con su género vital. La más habitual es la personificación: atribuir a las cosas o animales cualidades humanas. Otros tipos de prosopopeyas son la animación: atribuir a seres inanimados cualidades de los animados; la animalización; atribuir a seres humanos características de los seres irracionales; y la cosificación: atribuir a los seres vivos cualidades del mundo inanimado.
Reduplicación:    Es la repetición de una palabra al principio o dentro de una oración.
Retruécano:    Cuando una frase está compuesta por las mismas palabras que la anterior, pero invertidas de orden o función.
Silimicadencia:   asonancia. Cuando dos o más palabras cercanas tienen idénticos sonidos finales.
Símbolo:    Objeto o cualidad mencionados como reales, pero aludiéndose al mismo tiempo a otra realidad distinta.
Símil:    comparación. Se diferencia de la figura anterior en que aquí aparecen siempre explícitos y sin especificar el término real y la imagen.

jueves, 25 de octubre de 2012

Tipos de mundos

L MUNDO FANTASTICO

Este tipo de relato se caracteriza porque transgredir el orden racional de los acontecimientos. Este ‎universo se relaciona con lo maravilloso, lo extraordinario, lo sobrenatural, lo inexplicable. ‎

Frecuentemente lo fantástico en el relato del siglo XX se hace presente por medio del relato de una ‎situación cotidiana normal. Ésta provoca en el lector un sentido de extrañeza, de sorpresa, de duda acerca ‎del carácter real o fantástico respecto del universo representado en la narración. ‎

Los autores que han cultivado lo fantástico en el siglo XX son Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y Franz ‎Kafka, entre otros.‎

EL MUNDO UTÓPICO

La palabra formada por los términos griegos u=no y topos=lugar, aluden no sólo a un lugar que no existe, ‎sino también a la idea de algo irreal, imposible de alcanzar. El concepto “utopía” fue inventado por el ‎escritor y pensador inglés santo Tomás Moro. Este escritor trató de describir un Estado ideal en un lugar ‎isleño y su libro se tituló Utopía.‎

Junto con las utopías están las llamadas “antiutopías” que reflejan el estado negativo al que ha llegado la ‎humanidad. Entre ellas figuran Un mundo feliz de A. Huxley, 1984 y Rebelión en la Granja de G. Orwell.‎

EL MUNDO MARAVILLOSO

Lo maravilloso es una constante en la historia de la literatura universal, desde las narraciones míticas de ‎las culturas antiguas a los mitos grecolatinos, pasando por los relatos bíblicos. Se trata de una categoría ‎estética alusiva a un mundo que escapa a las leyes espacio-temporales a las que están sujetos los seres ‎humanos y la naturaleza. ‎

Las mil y una noches es un claro ejemplo de lo maravilloso puro; la ciencia ficción es otra forma de la ‎búsqueda de lo maravilloso, por ejemplo, en Crónicas marciana; Viaje al centro de la tierra.‎

Las leyendas están íntimamente ligadas a una época y a un lugar y en los cuales se mezcla lo real y lo ‎maravilloso.‎

EL MUNDO DE LO REAL MARAVILLOSO

En las narraciones se presenta a los seres humanos y su entorno inmersos en un mundo de fantasía y ‎misterio en el cual realidad y maravilla se funden como si fueran una sola y misma cosa; no existe el ‎sentimiento de extrañeza. Todo lo narrado es posible, aun cuando las leyes de causa y efecto se ‎transgreden; el mundo del inconsciente, el sueño y la alucinación, se configuran como espacios propicios ‎para proyectar una singular visión del mundo. El milagro y lo racional coexisten; los mitos, las leyendas y ‎los cuentos orales sirven de base a relatos que dan cuenta de aspectos no explorados por el arte hasta ‎entonces. Los más grandes representantes de esta estética narrativa son Alejo Carpentier con El reino de ‎este mundo y Gabriel García Márquez con Cien años de soledad.‎

EL MUNDO LEGENDARIO.‎

Este tipo de relato pertenece, inicialmente, a la tradición oral y anónima. En algunos casos se basa en ‎hechos históricos; en otros, es producto de la fabulación popular en que es posible advertir rasgos ‎fantásticos o maravillosos, por lo general, de raíz folclórica. El protagonista puede ser un personaje, un ‎espacio misterioso o un acontecimiento. Gran parte de los poemas épicos más relevantes de la historia de ‎la literatura, tienen como punto de partida una leyenda. Personajes que han dado origen a poemas épicos y ‎que corresponden al mundo legendario es, por ejemplo, Rodrigo Díaz de Vivar.‎

Las biografías o vida de santos constituyen otro tipo de leyendas muy propio de la Edad Media.‎

En Chile el mundo de la leyenda es muy rico en relatos. Cabe mencionar, por ejemplo, El Caleuche ‎‎(Chiloé)‎




Factores de la Comunicación

Para que la comunicación sea posible deben intervenir una serie de elementos extralingüísticos, es decir, que no pertenecen a la lengua como tal, pero que sin ellos sería imposible el proceso de interacción (sea verbal o no verbal). A estos les llamaremos elementos o factores de la comunicación.
Los principales factores o elementos de la comunicación son:

El emisor

Quien transmite, sea diciendo, gesticulando o escribiendo el mensaje.

Receptor

Es quien recibe el contenido del mensaje, sea el oyente, quien ve los gestos del emisor o lee sus textos.

Mensaje

Es la expresión del emisor, lo que el desea transmitir al destinatario. Pueden ser palabras, movimientos que tienen algún sentido o significación o escritura.

Código

Sistema de signos que utiliza el emisor para dar a entender su mensaje. Por ejemplo, un idioma en común, sonidos, letras, etc.

Canal

Es el medio por el cual se expresa la información. Puede ser a través de la voz, las ondas sonoras, la visión u otros.

Contexto

Entorno en el que se desarrolla el acto comunicativo, el ambiente físico o psicológico.